Las tartas frías como esta terrina de frambuesas y mascarpone son sencillas, bonitas y apetecen muchísimo cuando empieza a apretar el calorcito, primero porque se hacen sin horno y segundo porque quedan superlucidas con relativo poco esfuerzo. Y con nuestro molde de paredes de silicona desmontables, montarlas es pan comido.
Esta terrina alterna capas de gelatina de frambuesa con crema de mascarpone y bizcochos de soletilla mojados en licor, todo amenizado con frambuesas y pistachos. Cualquier cosa con queso mascarpone queda riquísima, ¿no os parece? El sabor y la suavidad que aporta son la caraba.
La tarta la preparamos en un comodísimo molde rectangular con paredes de silicona desmontables y base de cristal templado sobre la que se puede servir la terrina sin cambiarla a otra fuente. La idea de la receta proviene de esta web y la terrina se adorna en el último momento y se sirve fría, pero no congelada.
Receta de terrina de frambuesas
Ingredientes:
- 7,5 g de gelatina neutra en polvo
- 450 g de frambuesas frescas
- 30 g de azúcar blanquilla
- 500 g de nata para montar (mínimo 35% m.g.) fría
- 400 g de queso mascarpone a tª ambiente
- 1/2 cdta. de pasta de vainilla
- 75 g de azúcar glas
- 100 g de pistachos pelados, picados
- 100 g de licor de naranja (Cointreau, Triple Sec, etc.)
- 50 g de zumo de naranja
- 10-12 soletillas, según tamaño
Elaboración:
- Medimos y pesamos en la báscula todos los ingredientes.
- Hidratamos 4,5 gramos de la gelatina en polvo en un bol con agua fría durante 5 minutos.
- Ponemos 300 g de las frambuesas en un cazo con el azúcar blanquilla y 2 cucharadas de agua. Cocemos suavemente unos 5 minutos, aplastando con el dorso de una cuchara hasta que las frambuesas se hayan deshecho. Pasamos la mezcla por un pasapurés para obtener unos 200 g de puré de frambuesa.
- Agregamos la gelatina hidratada al puré caliente y removemos con espátula para disolverla. Reservamos el puré a temperatura ambiente.
- Montamos 350 g de nata hasta el punto de picos suaves con robot o con varillas eléctricas. Mantenemos el resto de la nata en el frigorífico.
- En otro bol grande mezclamos el queso mascarpone con la pasta de vainilla y el azúcar glas. Incorporamos casi todos los pistachos picados (reservamos algunos para decorar). Agregamos la nata montada y mezclamos con una espátula, con movimientos envolventes.
- Hidratamos en un poco de agua fría el resto de la gelatina en polvo. Pasamos unos segundos por el microondas para que se licúe. Vertemos a hilo en la mezcla de mascarpone, removiendo enseguida para que no se formen grumos.
- Vertemos en el fondo del molde una capa de un cuarto de la crema, aproximadamente.
- Mezclamos el licor con el zumo de naranja en una bandeja amplia. Mojamos los bizcochos de soletilla en el licor y los colocamos sobre la crema de mascarpone en dos filas a lo largo, presionando la crema, poniendo pedacitos para completar el espacio y cubrir toda la crema (ojo, si queremos que la terrina sea apta para niños, obviaremos el licor y mojaremos los bizcochos solo en zumo). Colocamos encima frambuesas al gusto.
- Extendemos otro cuarto de la mezcla de mascarpone hasta cubrir. Llevamos al congelador durante 15 minutos.
- Recuperamos el molde del frío y vertemos la mitad del puré de frambuesas reservado; lo metemos en el congelador 15-20 minutos hasta que cuaje. Reservamos el puré restante.
- Una vez que la capa de frambuesa se haya endurecido, agregamos otro cuarto de crema de mascarpone encima. Repetimos la operación anterior con las soletillas mojadas en el licor y las frambuesas, y coronamos con el resto de la mezcla de mascarpone. Alisamos la superficie y cubrimos con la mitad restante del puré de frambuesas. Con estas cantidades el molde se llena a tope.
- Refrigeramos la terrina (no hace falta congelar ahora, aunque se puede conservar hasta 3-4 días congelada y bien envuelta) de cuatro horas a toda la noche, hasta que la crema y la gelatina estén bien firmes.
- Para servir la terrina, montamos la nata fría de la nevera en un robot con varillas o con varillas eléctricas al punto que nos guste, con una cucharada de azúcar glas. Retiramos las paredes desmontables del molde de la terrina, cubrimos con la nata y adornamos con los pistachos y las frambuesas reservados.
- Una vez fuera del molde la terrina hay que consumirla en un día a lo sumo.
Esta terrina de frambuesas y mascarpone es un éxito seguro porque además de ser supervistosa, tiene una combinación de sabores magnífica y resulta un postre fresco y perfecto para el calor. Sírvela sobre cualquiera de nuestros lindísimos stands de presentación, con nuestros preciosos platos de cristal y de flores, nuestras cucharitas perladas y nuestros paños. Todo este variadísimo menaje lo tienes en nuestra tienda.
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